Aduanas

La hospitalidad japonesa es proverbial, y esto es especialmente cierto para los turistas que cada año visitan por millones las distintas zonas del país. Sin embargo, para que nuestro viaje sea lo más agradable posible, también es necesario recordar lo respetuosos que son con la ley. A continuación, te ofrecemos algunos consejos sobre cómo comportarte en la aduana, la única instancia en la que (con suerte) tendrás que tratar con la estricta policía japonesa.
Para nosotros, europeos acostumbrados a Schengen, los países asiáticos, con sus estrictas normas de entrada, aunque sólo sea por turismo, pueden resultar bastante difíciles para el viajero menos experimentado. Japón no es, desde luego, una excepción; es más, dada la proverbial organización japonesa y el hecho de que muchas personas intentan habitualmente burlar las normas para entrar ilegalmente en el país, sin la debida atención tu experiencia con las aduanas podría ser un mal comienzo para un viaje por lo demás perfecto. En comparación con muchos otros países, existe la ventaja de recibir el visado ya a la llegada, totalmente gratuito, cuando se aplicará a tu pasaporte directamente en el puesto de control, con una burocracia relativamente fácil de tratar (sin terceros grados como en muchos aeropuertos estadounidenses, por ejemplo). Para quienes hayan tenido que pasar por las a veces embarazosas escenas de los aeropuertos chinos, Japón será sin duda pan comido. Recuerda, sin embargo, que el visado será siempre de entrada única, por lo que si piensas hacer un viaje a países vecinos, tendrás que ir a buscar otro.

京市, CC BY-SA 3.0, via Wikimedia Commons

Sin embargo, hay dos cosas de vital importancia cuando entras en Japón: en primer lugar, tener un plan de viaje claro, al menos durante la mayor parte de tu estancia, lo hará todo más fácil. Es poco probable que monten un escándalo si hay una pequeña laguna en tu organización, quizá porque aún no estás seguro de si realmente quieres ir a ver tal o cual templo, pero decirle a un funcionario japonés «estoy aquí de momento, ya veremos más adelante» es sencillamente inconcebible para un policía japonés. Aunque seas occidental y, por tanto, te vean con buenos ojos en comparación con muchos otros tipos de viajeros, es mejor que lleves un registro lo más detallado posible de tus movimientos, con tu billete de vuelta y pruebas de que dispones de suficiente dinero en efectivo para mantenerte (las tarjetas de crédito no se tienen en cuenta, dadas las siempre cambiantes relaciones económicas entre los bancos), y quizá una lista completa de los lugares donde pasarás la noche, para que el funcionario de aduanas no tenga motivos para sospechar de tu buena fe. En segundo lugar, en caso de que surjan problemas de cualquier tipo, es esencial ser siempre la imagen de la cortesía. Es bien sabido lo mucho que los japoneses valoran esta cualidad, y el menor indicio de impaciencia o extravagancia, por muy justificado que esté, tiene muchas posibilidades de costarte el visado. Los japoneses no pueden transigir en ciertas cosas. Ir bien vestido y arreglado, y mantener un cierto estilo y compostura, al menos en la aduana y sobre todo si por alguna razón te «invitan» a un control más exhaustivo de tu equipaje, puede hacer maravillas (sobre todo, acuérdate de tapar cualquier tatuaje). Recuerda también, para ir sobre seguro, indicar siempre «turismo» como motivo del viaje, e intenta permanecer menos de los tres meses que permite el visado. De hecho, muchos ciudadanos asiáticos, pero a veces también europeos, aprovechan los visados de turista para desplazarse entre Corea, China y Japón, renovando sus visados de turista de vez en cuando y permaneciendo ilegalmente incluso durante largos periodos. Aunque las penas son duras, para los infractores, los elevados salarios y beneficios son muy tentadores, sobre todo para los que proceden de países muy pobres.

Qué puedo llevar

En cuanto a tu equipaje, una declaración verbal de lo que llevas suele ser suficiente, a menos que los guardias tengan serias razones para pensar que transportas mercancías ilegales. En ese caso, ten por seguro que no tendrán reparos en revisar hasta el último rincón de tu maleta, sin importarles los daños que puedan causar a tus pertenencias (por supuesto, tendrás derecho a una indemnización si se equivocan).

Puedes llevar contigo lo siguiente dentro de los límites indicados

  1. 500 g de tabaco, 400 cigarrillos o 100 puros
  2. 3 botellas de alcohol de 760 mililitros cada una
  3. 30 centilitros de perfume
  4. regalos y recuerdos, además de los ya mencionados, cuyo valor comercial no supere los 200.000 yenes
  5. 120 ml de líquido con nicotina para cigarrillos electrónicos y 1 cigarrillo electrónico

Si superas estas cantidades, necesitarás una declaración por escrito, pero a menos que la cantidad de mercancías supere especialmente los límites, puede ocurrir que los japoneses sean flexibles.

Para los alimentos, las plantas y los animales hay restricciones. No se pueden introducir alimentos frescos ni plantas.

Para productos como legumbres y flores secas, cereales, carne, productos lácteos, huevos y miel, se exige un certificado fitosanitario o un certificado de inspección.

Para los medicamentos no hay restricciones importantes (por supuesto, deben ser para uso personal). Sin embargo, te recomiendo que, para los medicamentos esenciales, obtengas una declaración en inglés de tu médico.

Encontrarás una lista de todos los productos prohibidos y permitidos en los enlaces de la parte inferior de la página.

Sin embargo, si tienes intención de introducir en el país el equivalente a un millón de yenes o más en efectivo (unos 7600 euros, al cambio actual), debes declararlos sin demora. Existen controles especiales sobre el flujo de dinero hacia y desde Japón, de nuevo debido a los atajos legales que buscan quienes desean trabajar en el país durante periodos cortos.

En algunas tiendas puedes beneficiarte del servicio Japan Tax-free (encontrarás el logotipo fuera de la tienda). Presentando tu pasaporte tendrás derecho a NO pagar el IVA sobre los productos que compres (el IVA es del 10% sobre todos los bienes que «exportas» a tu país, si gastas al menos 5000 yenes en cada tienda). Los recibos de compra se adjuntarán a tu pasaporte y deberás devolverlos en el aeropuerto (suele haber un contenedor especial delante del control de pasaportes). Los bienes adquiridos libres de impuestos deben colocarse en tu equipaje de mano en su embalaje para una posible inspección (el condicional es imprescindible, ya que prácticamente no hay controles). Sin embargo, ten cuidado, ya que el alcohol y los cigarrillos sólo pueden comprarse con este sistema en las tiendas libres de impuestos del aeropuerto.

Enlaces útiles

Autor

Michele Anoardi